Joker

Extraña producción de Warner Bros., que recrea los inicios de Joker, el famoso antagonista de Batman, en un drama que poco o nada tiene que ver con el mundo de los superhéroes o los supervillanos, más allá de los personajes y lugares comunes que son mostrados en el film. Arthur Fleck -Joaquin Phoenix, en una de esas interpretaciones en las que es dificil descifrar la línea que separa a la actuación del personaje- es un hombre con graves problemas mentales, podría ser que ocasionados por una dificil infancia junto a su madre (Frances Conroy), antigua trabajadora de Industrias Wayne. Se gana la vida como payaso en una agencia que le envía a diferentes lugares, aunque su sueño es ser comediante y fantasea con aparecer en el late-show de Murray Franklin (Robert De Niro, no casualmente). Cuando deja de ser atendido por los recortes en los servicios sociales, Arthur inicia una espiral de degradación psíquica paralela un incremento de su agresividad, la cual se hace crítica cuando comienza a portar un arma en sus actuaciones. «Joker» es un drama que se toma muy en serio así mismo, tanto que parece que la principal fuente de inspiración procede de «Taxi Driver» y «The King of the Comedy«, obras de Martin Scorsese con las que el film guarda grandes paralelismos a nivel temático y de desarrollo, mostrando el paulatino deterioro del personaje principal (casi único de la proyección) y las consecuencias de los actos que protagoniza, tratando de enlazarlas en una extraña crítica de la sociedad actual y de la lucha de las clases desfavorecidas, lo que termina por formar un raro y perturbador cóctel que está lejos de ser perfecto, pero que sí es muy sugerente.

El realizador Todd Philips es proncipalmente conocido por su labor detrás de las cámaras en las tres películas que forman la trilogía de «The Hangover» (2009, 2011, 2013), entre otras comedias, mientras que lo mismo puede decirse de su director de fotografía, Lawrence Sher [ASC], que le ha acompañado en esas tres películas, así como en la inmediatamente anterior, «War Dogs» (2016). En paralelo, Sher también ha participado en cintas como «I Love You, Man» (John Hamburg, 2009), «Paul» (Greg Mottola, 2011), «The Dictator» (Larry Charles, 2012), «Aloha» (Cameron Crowe, 2015) o, más recientemente, en «Godzilla, King of Monsters» (Michael Dougherty, 2019). Por consiguiente, a pesar de su reciente paso por el cine de efectos visuales, con presupuesto elevado, para Sher «Joker» también supone un cambio de registro muy importante, ya que hasta la fecha no nos tenía acostumbrado a trabajar en dramas tan serios o intensos como el presente.

Parece ser que Philips y Sher se plantearon seriamente la idea de rodar el film recurriendo a una adquisición analógica en 65mm, pero de un lado, el relativamente reducido presupuesto de la película (55 millones de dólares) y, por otro, la necesidad de capturar sin problemas técnicos (como el enfoque) y a la primera ocasión las improvisaciones de Joaquin Phoenix supusieron que los cineastas se plantearan un rodaje en formato digital, en el que Sher acababa de rodar la citada «Godzilla», pero recurriendo en esa ocasión a la Alexa 65 con lentes anamórficas. En la presente, a pesar que la relación de aspecto no es panorámica, sino que emplea el más conservador 1.85:1, Sher ha recurrido de nuevo al tope de gama de Arri, podría ser que, a falta de confirmación oficial, complementada con las Alexa LF y Mini convencionales para algunos planos, alternando por lo tanto resoluciones 5.1K (la Alexa 65 recortada al 1.85:1), 4.5K y 3.4K, respectivamente, siendo finalizado el proyecto en 4K.

Precisamente modelos como «Taxi Driver» destacan por su adquisición en fotoquímico y su aparente textura de negativo, algo de lo que carece como consecuencia de su tipo de adquisición «Joker». Pero la tremenda resolución de su «negativo» digital, sorprendentemente, produce imágenes muy orgánicas. Curiosamente en la era digital, el film ha contado también con copias expresamente filmadas sobre positivos de 70mm para su exhibición en salas de cine, lo que deja entrever que esa apariencia -en cierto modo, analógica- no es algo casual sino buscado por los cineastas. Ello quizá se debe a factores como un etalonaje que favorece negros ligeramente lavados, así como a la presencia, más o menos continua, de algo de humo en el decorado, circunstancia que también produce una disminución del contraste y transiciones o gradaciones desde el gris medio hacia las sombras que son más sutiles y menos agresivas que lo que suelen serlo en formatos de captación digital, incluso con la Alexa. El lienzo se complementa con el empleo de ópticas que parecen ser los Prime DNA de Arri, que no son otros sino los clásicos Hasselblad de fotografía, adaptados a un housing moderno para su uso profesional cinematográfico. El resultado global es una imagen muy nítida, tremendamente definida, pero con un contraste suave, delicado, sin negros profundos. Todo ello perfectamente complementado por la presencia de algunos espectaculares flares o destellos que tienen lugar cuando alguna luz intensa incide directamente sobre estos objetivos, cuyo aspecto global recuerda (no en vano comparten tratamientos antirreflecantes «T* coating«) a los Zeiss Standard o especialmente los Zeiss Superspeed T1.3.

La iluminación de Sher, dentro de este aspecto directamente derivado de las decisiones técnicas, es muy rica, propugnando claramente la moda actual de emplear y mezclar temperaturas de color de muchas fuentes de luz integradas en los interiores (bien sean lámparas de mesilla, con sus colores cálidos, o bien fluorescentes, de tonos azulados o verdosos, etc.) y contraponerlos a fríos y desapacibles exteriores, o por el contrario, mostrar tonos fríos en los interiores nocturnos y luz naranja entrando por las ventanas. Es especialmente interesante el tratamiento de la ciudad de Gotham que llevan a cabo los cineastas, ya que además de lo que se dice de la misma, se muestra como un lugar absolutamente decadente e inhóspito desde el diseño de producción, ya sea a través de las localizaciones escogidas, con una paleta de color restringida, o de la forma de atrezzarlas para que todo parezca siempre lleno de pintadas, basuras y porquería, en un extraño cruce de «Taxi Driver» con «Blade Runner» o incluso «Se7en«.

En los exteriores, sin embargo, Sher huye de la estilización, creando noches sobre la base de la luz de sodio que poseen de forma consciente una estética feista. Todo el film parece rodado muy abierto de diafragma, o a la apertura máxima que permiten los Hasselblad -que ronda el T2.8 en varias focales- lo cual en un sensor 65mm supone que la profundidad de campo es limitada. Pero dicha circunstancia es aprovechada por los cineastas para aislar al «Joker» en los escenarios con respecto a los fondos, mostrando el bello desenfoque de este legendario cristal que funciona tan bien en cine como en fotografía de gran formato. Sin embargo, quizá destaque mucho el hecho de que, seguramente en etalonaje, existan importantes decisiones de color, como esa especie de viraje hacia el verde que tienen al menos varias escenas, que producen enfermizos tonos de piel en el personaje interpretado por Phoenix, y que tan bien le sientan a lo que se está contando en pantalla. Porque desde luego, si Sher y Phillips querían conseguir una película atmosférica, agobiante y perturbadora, su estética resulta absolutamente acertada, como también lo es la puesta en escena de Todd Phillips, del que cuesta comprender toda su obra previa sobre la base de la presente.

El ritmo, pausado pero firme, con una cámara que siempre que se mueve tiene un motivo, mostrando muchas veces composiciones estáticas muy equilibradas, es notablemente superior a una escritura (obra también del propio Phillips junto a un colaborador) que cumple su cometido pero no puede evitar que el film, a pesar de sus virtudes, también caiga en lo previsible o que incluso algunos segmentos centrales no terminen de funcionar por completo. E incluso aunque su resolución, más cercana a «Conquest of the Planet of the Apes» (J. Lee Thompson, 1972) que a Scorsese, resulte un guiño excesivamente populista, el resultado de tan extraño conjunto es lo suficientemente inquietante como para justificar plenamente su visionado e incluso entender por qué un proyecto tan extraño y arriesgado es desde ya, quizá precisamente por eso mismo, uno de los films de culto del nuevo siglo.

Título en España: Joker
Año de Producción: 2019
Director: Todd Phillips
Director de Fotografía: Lawrence Sher, ASC
Ópticas: Arri Prime DNA (Hasselblad)
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa 65 (Arriraw), 1.85:1
Otros: 4K Digital Intermediate, 70mm (algunas copias)

Vista en DCP

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